En la actualidad la industria cosmètica es una de las màs boyantes debido a la gran cantidad y variedad de productos de belleza que consumimos. Si bien las mujeres han sido siempre las principales demandantes de los mismos, cada vez aumenta màs el nùmero de hombres que se apuntan al consumo de cremas, bien sea por moda bien por convicciòn de que la belleza y el cuidado estètico nunca ha sido un terreno exclusivamente femenino ya que desde la màs remota antiguedad, el gènero masculino ha hecho uso de los cosmèticos con finalidades diversas desde la salud y protecciòn (como el Kohl que lucìan los faraones egipcios) hasta la mera exaltaciòn de los rasgos por puro coqueteo .
Sin embargo muchos de los productos cosmèticos que empleamos contienen ingentes cantidades de productos quìmicos en muchos casos nocivos a medio y largo plazo. Por no mencionar el controvertido tema de la experimentaciòn animal ya que gran parte de los productos que podemos adquirir en droguerìas, perfumerìas, farmacias etc...han sido previamente testados en animales. De tal modo que la crema antiarrugas que compramos bajo la marca “tal” y que nos recomienda una archireconocida actriz encumbrada en Hollywood no es sino una bomba quìmica manchada de sufrimiento . Y sinceramente ¿usarìas una crema si sabes que cientos de niños han sido sometidos a pruebas donde se les deja ciegos, se les generan horribles infecciones dermatològicas o mutilaciones de todo tipo, para que puedas vivir con la ilusiòn de la eterna juventud?...en fin hay gente para todo, pero yo NO.
Sobretodo si tenemos en cuenta que en la Madre Naturaleza tenemos absolutamente todos los ingredientes para crear nuestros propios cosmèticos, cremas, pomadas y aceites, con lo que no solo reduciremos el impacto ambiental que muchas de estas empresas provocan , sino que ayudaremos a que la experimentaciòn con seres vivos para fines tan triviales como crear un maquillaje se reduzca y algo fundamental para nuestra economìa, abarataremos los costes ya que a pesar de que al principio nos parezca que nuestro botiquìn debe estar colmado de pontinges alquìmicos y la inversiòn inicial sea un poco mayor, creedme, a la larga sale muchìsimo màs rentable, entre otras cosas porque tambièn es màs sano y efectivo.
Asì que para todos aquellos que soñaban de pequeños con un “Quimicefa” y que deseen crear su propio salòn de belleza natural, ahì va una receta para hacer una crema anti arrugas casera:
INGREDIENTES:
· Cera virgen de abeja ( Gran poder hidratante) 15 gr
· Aceite de Germen de Trigo (Antiox.) 50 ml
· Aceite de Rosa mosqueta (Regenerador e hidratante) 50 ml
· Vit. E en càpsulas (La vit. Antioxidante por excepciòn) 1 cucharada ò 2 càpsulas
· Hidrolato de rosas (Tònico y calmante) 1 cucharada
· Aceite esencial de rosa (debido a su coste puede sustituirse por A.E de palo de rosa) (Regenerador e hidratante) 7 gotas
En un recipiente al bano marìa se derrite la cera de abeja junto con los aceites vegetales, una vez mezclados los ingredientes y cuando la preparaciòn haya perdido temperatura se anade el hidrolato de rosas, la vit. E y finalmente el aceite esencial. Dejamos enfriar la mezcla y e voilà! lista para aplicar.
Si la mezcla queda dura deberemos anadir màs aceite vegetal y si por el contrario presenta una textura demasiado lìquida serà cuestiòn de incorporar un poco màs de cera de abejas al preparado.
La vit. E ademàs actuarà como conservante de la crema, no obstante todas las preparaciones naturales han de ser consumidas en unos meses y conservadas en un lugar fresco y seco para que mantengan intactas sus propiedades.
He aquì una receta sencilla, eficaz, sana y respetuosa con el medio ambiente. Ahora a disfrutar de nuestra belleza ¡
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